lunes, 12 de septiembre de 2011

Elecciones


Tengo muchos defectos pero el que el principal es que siempre escojo mal a mis amigos. Supongo que Leo es el único que se salva aunque sea un obsesivo-compulsivo en cuanto a limpieza de los alimentos, excéntrico a más no poder (sobre todo si abre la ventana del coche cantando ópera a todo volumen) y un rato egocéntrico. Lo sé, suena extraño decirlo todo a la vez, pero hay que conocerle. Yo lo adoro; ahora que se ha ido soy un alma en pena, literalmente. Tengo una foto nuestra de fondo de pantalla y cada vez que enciendo el ordenador se me llenan los ojos de lágrimas. He pasado por alto que yo soy bastante sensible, quizá. 
El caso es que ahora una vocecita me resuena en los oídos diciéndome: "Tu amiga Mónica no me gusta un pelo. Sólo te busca cuando le interesa. ¿O es que no te das cuenta? Tú verás lo que haces...pero si yo fuera tú me buscaría a otra amiga porque...". No, no es mi conciencia la que habla. Es mi madre. Ciertamente si le hiciese caso más a menudo me iría mejor pero hay que reconocer que la mayoría (por no decir todas) de las personas que presento le caen mal. En fin, nadie es perfecto, pero ante sus ojos, todos son demasiado imperfectos. Amanda tampoco le gustó ni un pelo el día que se la presenté aunque en defensa de mi progenitora aclaro y aconsejo: la mejor forma de darte a conocer no es pegando gritos como una hiperactiva. 
Pues debo reconocer que tengo que tener una charla con Mónica acerca de muchas cosas, como la verdad universal de que la amistad es cosa de dos.
Al contrario que el amor. Maldito y extraño amor. ¿Por qué anoche estuve dos horas hablando con Mateo obviando el hecho de que Amanda me estaba llamando? ¿Y por qué el saber que mañana estaré todo el día con ella no me hace tan feliz como antes?
Creo que tengo varias conversaciones pendientes. Y la más importante es conmigo misma. 

3 comentarios:

La niña del sur dijo...

Me gusta mucho, hacía tiempo que no disfrutaba tanto leyendo.

Anónimo dijo...

A veces no hace falta elegir... Podemos quedarnos con todo; aunque sea abusar...

M dijo...

Pues a conversar...