martes, 20 de diciembre de 2011

Difícil



Amanda dice que he cambiado, que echa de menos lo que fui alguna vez. No sé cómo explicarle que es imposible volver atrás. Estos últimos días lo he pasado mal. Las desgracias nunca vienen solas, dicen, y a veces es verdad. 
Hoy hablamos solas, debajo del sol brillante, congeladas por el frío. Fui sincera: no puedo seguir así. Recuerdo que ella me pidió un tiempo, no una eternidad. Recuerdo que me dijo que estaría aquí, pero no tan lejos. Dice que ha estado confusa, que ha pensado mucho. Y dijo que nos diéramos una segunda oportunidad. ¿Y qué sentí? Desesperanza. Casi angustia. Esto ya lo pasamos hace tiempo, no es nuevo. En este tiempo eterno Amanda se ha ido de viaje a un lugar donde no la encuentro. La echo de menos porque con ella todo era más fácil. Era tan fácil quererla y dejarse querer. Era tan fácil dejarme recorrer por sus manos y sus besos. Era tan fácil soñar con un futuro idílico. En estos meses sola he descubierto que la vida es mucho más complicada sin ella. Que a veces me duele tanto que siento que no podré seguir. Pero, sigo. Avanzo. Quizá más despacio. Pero por mí misma. Dependiendo de mí. Sin hacer daño a nadie. 
Estamos nadando en un vacío extraño que no entiendo muy bien. Ahora mismo, creo que es mejor no estar juntas. Hay muchas cosas que cambiar. No nos precipitemos. 
Tirarse demasiado rápido por el precipicio puede significar rompernos la cabeza o aprender a volar. 

2 comentarios:

Arwen dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=htJDaZGvEVQ

Anónimo dijo...

Muchos ánimos si se trata de una historia real... y gran relato si se trata de ficción. xD

Bicos!